La explicación hay que encontrarla en el hecho de que Simeone utilice a los delanteros como la primera línea de presión defensiva, con un desgaste físico considerable, que merma la frescura para encarar a portería. La seguridad defensiva de este Atlético, que desde que el Cholo llegó ha dejado su portería a cero en casi un 60% de los partidos, tiene un precio y parece que es el de la merma de potencial goleador de los delanteros.
Simeone los ha ido alternando continuamente, en una rotación muy parecida a la de hace dos temporadas (Mandzukic-Torres) o en la de la campaña pasada (Jackson-Vietto-Torres), una fórmula que en los dos cursos pasados no ha terminado de dar como resultado un ‘9’ referencia claro más allá de Antoine Griezmann.